jueves, 30 de agosto de 2012

Hasta el humor está fiscalizado.

No hace mucho tiempo escuché un chiste del famoso Eugenio que, aparte de reírme, me hizo reflexionar sobre la irracionalidad que sigilosamente hemos llegado en esta España estúpida. Para los más jóvenes que no lo han conocido, puedo decir que Eugenio fue un catalán-español como Dios manda, de esos que hay muchos pero callan acomplejados para no mancharse con la palabra España mientras los separatistas van ganado terreno.
Eugenio utilizaba el español en sus actuaciones, igual que todos los que no quieren morir en la miseria cavernaria,  pero siempre soltaba alguna “parrafadita” catalana que  le imprimía un sello personal.
Yo no puedo decir que me alegro que Eugenio esté muerto porque no es cierto, me caía muy bien y me gustaba mucho, pero dada la estulticia a la que hemos llegado en España, si Eugenio viviera hoy en día, estaría muerto profesionalmente y más censurado que un liberal en Cuba.
Te voy a contar el chiste en cuestión que hizo destapar toda esta reflexión: Saben aquel que diu... que era un marido que le dice a su mujer, Maria me voy con los amigos a tomar unas copas, volveré tarde. La mujer le dice, Manolo, si acaso pégame la paliza ahora y así cuando vuelvas no me despiertas...
Esto es tan sólo un chiste pero no me imagino, con la gilipollez de la desigualdad de género actual, que alguien ose contar en público un chiste como este. Si además añadimos que era marca personal de Eugenio salir en escena con un cigarrillo en una mano y en la otra una copa, puedo asegurar que Eugenio tendría menos futuro como humorista hoy en día que un falangista en el Senado Catalán.
Dios mío, ¡¡donde hemos llegado!!, hasta el humor está fiscalizado. Solo hay dos cosas infinitas en el mundo, la estupidez española y el aguante de los españoles.
Juan Vte. Santacreu - @JVSantacreu -  Noticias Digital

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