martes, 27 de marzo de 2012

La Corona debe estar en la Ley de Transparencia

 
27 MARZO 2012 



He leído que el proyecto estrella del PP, la Ley de Transparencia, nace con exclusiones de nivel. La primera de ellas la que afecta a la Casa Real. La argumentación de la Vicepresidenta -también obtenida a través de la prensa- consiste en que no procede incluirla porque no es ni pública ni privada .¿Qué es, entonces, mediopensionista?
La Vicepresidenta es abogado del Estado, y, corporativismos aparte, de eso debe saber. Una vez instaurado un orden jurídico, no caben esos mediopensionismos: o es público o es privado. Solo faltaría que a estas alturas del curso de Occidente se volviera a conceptuar a la monarquía como patrimonio privado del Rey. La legitimidad de la monarquía actual no deriva de ningún derecho divino, sino de algo tan concreto como la Constitución de 1978, que remata un proceso histórico que comienza con el anterior Jefe del Estado que es quien decide que España vuelva a ser reino y que el sucesor a titulo de Rey sea el actual Monarca D. Juan Carlos, alterando para ello el principio básico de sucesión de las monarquías, que consiste, precisamente, en la transmisión hereditaria. D. Juan, el padre del Rey, era hijo de Rey y pasa a ser padre de Rey sin ser Rey. Eso es casi un galimatías. En términos de monarquía es algo peor.
Precisamente por ello, al dimanar la legitimidad de la Constitución, la monarquía española no tiene un título legitimador diferente del que corresponde al Presidente del gobierno, de las Cortes o del Senado. Es un órgano el Estado a todos los efectos. Se nutre del patrimonio del Estado. Vive dentro de la normativa del Estado. Por ello lo que dice la Vicepresidenta es un error jurídico.
Pero aparte de ser una equivocación conceptual es además un error que puede afectar a la Corona.  El clima de la Corona en España, digan lo que digan los aplausos de los políticos, no es el mejor. Si los políticos aplauden con fervor  a la Corona no estoy seguro de que le estén haciendo un gran favor. La Corona no debe descansar en los políticos sino en la conexión directa con la sociedad civil.
Desgraciadamente esta idea, vieja y transmitida, no ha sido seguida. La politización de la Corona al servicio del partido en el gobierno es un error para la propia Corona. Su instrumentalización al servicio de un gobernante de turno, haya o no tenido mayoría absoluta, es un error. Como lo es que no se haya comprometido de manera mucho mas decisiva en la defensa de la unidad del Estado.
No deben añadirse mas errores a los cometidos, máxime cuando procesos judiciales, aunque nada tengan que ver con el modelo de Estado, crean una sensación negativa. Es hora de defender a la Corona con argumento sólidos, no con exclusiones. Si la Ley de transparencia no incluye a la Corona la sensación que puede transmitirse es que tiene algo que ocultar. Por eso se debe reaccionar y hasta pedir voluntariamente la inclusión en la Ley. Son momentos difíciles que admiten pocos errores, sobre todo si son de bulto.
La Corona debe asumir criticas constructivas. Algunos quieren instalarse en el conmigo a cualquier precio o contra mi. Eso ya no funciona. Y la historia demuestra que cada vez que se aplicó el resultado fue demoledor

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